El lector Daniel Ernesto Pereda escribió a Clarín para plantear su inquietud ante la exigencia de un videoclub de solicitar el pago de una película alquilada. El reclamo, por considerar que la película fue devuelta “rayada”, asciende a una suma aproximada de cien australes.
Consultado el gerente de la Cámara Argentina de Video y Afines, Marcos Osiovich, señaló que, en principio, es excesivamente oneroso el pago que se reclama porque el costo de una película ronda los 70 u 80 australes, “en cuyo caso —apuntó— se estaría actuando de mala fe”. En segundo término, ese tipo de problemas puede darse en el caso de existir un cabezal sucio, pero es muy difícil establecer si el videoclub no entregó la película en mal estado.
Por otra parte, la deficiente calidad del soporte de la cinta virgen es uno de los temas que tiene en carpeta la recientemente creada Federación Argentina de Cámaras de Videoclubes. “No existe ninguna reglamentación sobre estos temas, salvo el contrato que firman el videoclub y su socio”, agrega. Por tal motivo sugiere ponerse en contacto con CAVA, Maipu 725, primer piso, oficina 12,
393-9022, para efectuar este tipo de consultas.

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