Notas Retro

Gabriela Sabatini y el VHS!

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***Nota tomada de la revista del gremio videoclubista VIDEO CLUB. Argentina, año 6 Nº52. Agosto de 1987***

 

Sabatini, entre el tenis y James Bond
“GABRIELA, CINE Y CANELA”
La intensa actividad que despliega en los más renombrados courts del mundo no le impiden lagrimear con las telenovelas nacionales, analizar en tapes sus mejores actuaciones y solazarse ante los casetes de su agrado.


Quienes conocen verdaderamente su privacidad, y gustan ser puntillosos al revelar la intimidad de una estrella, cuentan que Gabriela Sabatini tiene una debilidad cada vez que, entre torneo y torneo, vuelve a Buenos Aires: las novelas de televisión. Si sus entrenamientos le dejan algún tiempo libre, Gabriela se recuesta en el sofá del living de su departamento en Villa del Parque y, control remoto en mano, recorre el abanico de canales hasta quedar “enganchada” con algún episodio. Sin embargo, ahora, Sabatini es la octava jugadora en el ránking mundial de tenis femenino y su rol de televidente no puede durar demasiado. De las 52 semanas de competencia programada en el circuito internacional, “Gaby” está en actividad más de treinta y sus períodos de descanso se reparten en cócteles, conferencias de prensa, presentaciones organizadas por las empresas que la patrocinan y la difícil tarea de ser conocida allí donde pise. Pero si alguien piensa que tal ajetreo le impide lagrimear con el desenlace de su telenovela preferida, se equivoca: dicen que en su casa hay un cásete reservado para la grabación de las “instancias decisivas” de la historia vespertina que eligió seguir.

Gabriela Sabatini le da al video un uso profesional y placentero. Desde que se conviritó definitivamente en una tenista de nivel internacional, aún antes de acceder a los primeros planos, sus familiares graban sus principales partidos en el exterior y lo hacen a través de las cadenas televisivas norteamericanas que emiten la mayoría de los torneos del circuito femenino. Sabatini, así, analiza con su entrenador —antes el chileno Patricio Apey, ahora el español Angel Giménez— sus actuaciones, y observa cada uno de sus movimientos y golpes para saber en qué se equivocó o porqué jugó bien.
“Durante la semana que estuvimos en Marbella, en mayo pasado, vimos con Gabriela el tape del partido que le ganó a Martina Navratilova en las semifinales de Abierto de Roma. Lo analizamos detalladamente y vimos que allí había utilizado la táctica adecuada frente a la mejor jugadora del mundo, a quien nunca había conseguido vencer. A los dos días, Gaby volvió a derrotarla en una exhibición”, dice su actual conductor técnico, Ángel Giménez.
Los videos que registran los perfiles más trascendentes de la carrera de Sabatini son “custodiados” por su padre quien, en ciertas ocasiones, los cede para algún programa periodístico o para la divulgación del deporte. En este último aspecto se puede destacar la difusión dada por la empresa Primer Saque Producciones (productora ligada al tenis desde hace casi un lustro) que se encargó de llevar las imágenes de Gabriela—proyectadas en pantalla gigante— por colegios secundarios del interior del país, igual a lo que hizo con videos sobre Guillermo Vilas. En el área de comercialización, por el momento, se sabe que Video Club Alvear le ofrece a sus socios un profuso catálogo de material deportivo, entre el que es posible encontrar casetes de Gabriela Sabatini en varios torneos mundiales.
La chica de James Bond:
Era junio de 1985 y Gabriela Sabatini, por primera vez, convocó a una conferencia a la que asistieron periodistas de medios no vinculados al tenis. Ya era figura. Se quiso indagar sobre su vida, sus amistades, sus hobbies y sobre la existencia de algún amor furt vo… “¿ Qué te gusta hacer en tu tiempo libre”?, sonó la pregunta de una cronista con voz almibarada. Gabriela, retraída frente a una avalancha de cámaras y spots, apenas si pudo contestar con su habitual timidez: “Y bueno, voy al Ital Park, a los flippers y al cine. Siempre con mi hermano…” Llegó la repregunta: “¿Y qué fuiste a ver?” Sonrió sin esforzarse y dijo: “La última de James Bond…”.
Luego, fuera de micrófono, Gabriela confesó que se le hizo muy difícil llegar al cine, puesto que por la calle Lavalle la paraban para saludarla, perdirle un autógrafo o robarle un beso. Sabatini gusta del cine de aventuras, aunque muchas veces se inclina por una película cómica o romántica.
La gente la rodea, la toca, le habla. Gabriela tiene 17 años y nunca se niega a darle una porción de felicidad a sus “fans”. Sin embargo, últimamente, opta por ponerle límites a esas manifestaciones de delirio (sano y comprensible) colectivo.
Por eso, cuando está en Buenos Aires, el tenis, las novelas y James Bond la esperan en su vidoteca. Allí Sabatini, sobre el sofá, sin raqueta y control remoto en mano, ensaya otra manera de sentirse bien.


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