Entrevista exclusiva de RaroVHS.com a Francisco di Silvestro, un hombre que dedicó toda su vida a actividades relacionadas con el cine. Perteneciendo a una familia con
tradición en el rubro, fue programador de salas, fundó Casablanca Films para comprar derechos de películas en el exterior y, posteriormente, jugó un papel importante dentro del mundo de las editoras independientes de video con sellos como VIDEOTOP, Icaro Video y Casablanca Video Home SRL. 

También fuiste un pionero en editar material XXX en el país y tuviste muy buenas lineas de material exclusivo. 

Efectivamente. Durante el gobierno de Alfonsín se deroga la censura y el INCAA (en esos momentos Instituto Nacional de Cinematografía) dispone una nueva calificación para las películas de alto voltaje erótico o directamente porno: “Solo apta para mayores de 18 años DE EXHIBICION CONDICIONADA”. De hecho, se da vía libre para la exhibicion de películas para adultos en forma legal. Por tal motivo lanzo Video Top. En su catálogo figuraban muchas peliculas que fueron calificadas asi, pero eran solo eróticas. Fijate que esa calificación se la otorgaron a Emmanelle II (1975), título que edité en la epoca de Icaro Video. Cuando comienzan a llegar los primeros títulos porno ningún distribuidor los quería editar. Los pioneros en este genero fuimos Hardcore Video y Casablanca, con su linea Prestige Collection. Sin embargo, a los video clubes -al principio- les  daba mucha verguenza. La solución la encontre editando los títulos en su idioma original, en francés, y bastante más chico, debajo, el título en castellano. Imaginate que los títulos traducidos eran, por ej. Nalgas intimas, Infierno anal, Pequeñas colas ardientes o Bien al
fondo de tu pequeño agujero. ¡Yo me divertía muchísimo! Para darle un toque “fashion” las editaba en cajas grandes blancas y la caja interior era aterciopelada.

¿Cómo era el sistema de comercialización de tu empresa?

En los comienzos, años 84’/85′, cuando comence a editar los sellos Video Top e Icaro Video la venta se hacía personalmente en Capital y parte del GBA. A los video clubes del interior se les enviaba las novedades, que por lo general eran mensuales, por correo. Me llamaban, me hacían el pedido y se lo enviaba contrareembolso. Rosario, que era una buena plaza, lo hacía personalmente. Me quedaba unos días y tenía el gusto de cenar con los videoclubistas. Mar del Plata, otra buena plaza, la atendía mi gerente de ventas, que tenía un deparamento y además de
vender, en verano aprovechaba para disfrutar de la playa.
En la época de Casablanca Video Home existían en el pais unos 12.000 videoclubes. Capital y Gran Buenos Aires lo atendían vendedores locales y en el interior disponía de distribuidores.

¿También tenían los derechos para Paraguay y Uruguay, no?
Efecfivamente. Cuando se adquieren los derechos para la Argentina, Uruguay y Paraguay siempre estuvieron incluidos, ya que son mercados tan pequeños que no compran habitualmente en forma separada. Uruguay
siempre significó un 10 por ciento de las ventas totales de un título, aproximadamente. Paraguay prácticamente nunca existió, porque siempre se manejó al margen de la legalidad.

15-Ustedes formaban parte de la A.V.I.A. (Asociación de Videoeditores Independientes de la Argentina). ¿Que beneficios tenía pertenecer?
Si. Fue socio fundador de A.V.I.A. Los independientes quisimos posicionarnos asociadamente para poder darle batalla a las majors. Nuestro mayor logro fue, sin dudas, la “Expovideo”, celebrada en el
Hotel Sheraton.

¿La piratería siempre fue un problema?
Por supuesto. En el mercado la piratería fue y es un problema A traves de A.V.I.A. tratamos de controlar sobre todo el back-to back mediante inspecciones y, sobretodo, descuentos por la compra de más de un
original por título.

¿Cuándo comenzó el video, ustedes editaban otros formatos?

 La primera reproductora de video que entra legalmente a la argentina fue una Betamax que trajo Juan Alberto Badía. Me contó personalmente que en la aduana no sabían que arancel cobrarle ya que desconocían de que se trataba ese aparato. Fue un formato muy querido en sus principios, por su calidad y tamaño. Al comienzo todos los videoclubes alquilaban
betamax y VHS. Hasta que Panasonic le gano la guerra comercial a Sony.
Yo llegué a editar tambien unos titulos en Video 2000, un formato medio bizarro que tenia la particularidad de que se podían grabar y reproducir dos peliculas en el mismo cassette. Una de cada lado.

¿Por qué cierra Casablanca?
El mercado se vino abajo en el término de muy pocos meses. Un porcentaje mayúsculo de cheques que teníamos en cartera, vino rechazado. Cantidad de videoclubes cerraban a diario. Ante esta situación decidí dar por
finalizada la gestión de la empresa. Reuní a todos mis acreedores, negocié opciones de pagos y honré todas mis deudas, como corresponde. Luego de la experiencia decidí seguir en el mercado, pero ya sin estructura propia.

¿Luego de eso seguiste relacionado con el cine?
Con el cine, el video y la televisión. Ya sin estructura propia, y a través de los años, cerré convenios de distribución con AVH y Gativideo. Tras el cierre de Casablanca Video Home S.R.L me asocié con Alberto
Bonitz, de Supermercado del Video, el primer mayorista de VHS del pais y juntos lanzamos Aspen Video, un sello dedicado a títulos para adultos.
También me asocié con Oscar Geniso, de Hardcore Video y lanzamos a través de su empresa una coleccion de westerns. Uno de los titulos que editamos fue El rostro impenetrable (One-Eyed Jacks-1961), la única película dirigida e interpretada por Marlon  Brando.  Además desde hace tiempo me especializo en clásicos. Los edito y comercializo a traves de El Ciudadano, un mayorista cuyo propietario es Gustavo Jaimovich, un amigo que está vinculado al mercado también desde sus comienzos. Para venta directa, el canal de venta y distribucion es desde hace tiempo el diario Pagina/12. Y tengo también de clientes un par de canales de television.

El amor por el cine nunca muere. Por lo menos en mi caso.