El Lado Oscuro Del Corazón (1992) De Eliseo Subiela

Título original: El lado oscuro del corazón
Año: 1992
País: Argentina
Director: Eliseo Subiela
Actores: Darío Grandinetti, Sandra Ballesteros, Nacha Guevara, André Mélançon, Jean Pierre Reguerraz, Mónica Galán, Inés Vernengo, Marisa Aguilera, Hugo Arana, Mariana Baranchuk, Claudia Bedacarratz, Mario Benedetti, Jesús Berenguer, Pablo Brichta, etc.
Texto de la tapa: GANADORA FESTIVAL DE MONTREAL – ¿COMO SEGUE EL AMOR DESPUES DE HACER EL AMOR?
Sinopsis de la contratapa: PREMIO AL MEJOR ACTOR: DARIO GRANDINETTI
PREMIO A LA MEJOR ACTRIZ: SANDRA BALLESTEROS
FESTIVAL DE BIARRITZ ’92
Un film excepcional en todas las dimensiones imaginables, estimulante y sorprendente; de gran perfección, inspiración y libertad. Ricardo García Oliveri, CLARIN
Imágenes hermosísimas, inventiva fecunda, con destellos poéticos y fantasía. Subiela, alocadamente imaginativo, fortifica el placer. Víctor Hugo Ghitta, LA NACION
Subiela apuesta más fuerte que nunca a los sentimientos, a los que todavía encuentran respuestas en la poesía. María Núñez, PAGINA 12
Subiela, romántico incurable, en su película más osada, más fresca y reconfortante. Inolvidable-Carlos Algeri, EL CRONISTA
En un momento en que el cine ha olvidado la poesía, suena como un viento nuevo la que regala y expande ELISEO SUBIELA. **** MUY BUENA. Jorge Carnevale, NOTICIAS
El film más hermoso, el mejor de toda la cinematografía argentina. Leo Sala, DIARIO POPULAR
EL LADO OSCURO DEL CORAZON narra la historia de Oliverio, un poeta que, en el Buenos Aires de hoy, busca a una mujer que sepa volar, mientras la Muerte, que constantemente lo acosa, trata de convencerlo de que consiga un trabajo “normal”. Oliverio tiene dos amigos: un escultor convencido de que la causa de la infelicidad humana es de origen sexual, y un profesor canadiense de literaturtr, que llega a la Argentina “huyendo del progreso”. Ana, una prostituta, será el “descubrimiento” de Oliverio, y encarnará al amor buscado, bajo diversas circunstancias, a veces felices, otras melancólicas, pero siempre sorprendentes.