VHS

El VHS en tiempos de Blu-Ray

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En los años ochenta, la popularización de la videograbadora y el boom de los videoclubes en todos los barrios representaron un cambio radical en el modo de aproximación del público al cine. Si bien existieron anteriormente tecnologías como el 8mm o Super 8, solo un porcentaje ínfimo de la población tenía acceso a ellas, contra la innegable masividad del VHS.

Es verdad que, desde tiempos anteriores al videocassette, la gente podía ver películas por televisión, pero el VHS marca la posibilidad de manipular el material fílmico al antojo del usuario. Ya no era necesario salir de casa para ver una película y existía la posibilidad de detener la cinta para verla en partes, pausar y repetir una escena, darle avance rápido o verla varias veces. Y no solo eso, sino que también permitió a cada poseedor de una videograbadora la posibilidad de grabar de la televisión cualquier película o programa y hasta, en caso de conectar dos videocassetteras, copiar hogareñamente.

Pero la consecuencia más notoria que tuvo el VHS no fue a nivel tecnológico, sino en el efecto que tuvo en la industria del alquiler y la edición de videos en esa época. Un fenómeno que se dió, no solo en Argentina, sino en todo el mundo, fue la multiplicación exponencial de compañías que editaban todo lo que caía en sus manos. Si bien algunas como Gativideo, AVH o LK-TEL/Legal Video estrenaban el material de las productoras “majors” de Hollywood como Paramount, MGM, 20th Century Fox o Warner, el resto de los estrenos y el fondo de catálogo era lanzado por las “independientes”, que se contaban por centenas. La más grande de esas era Transeuropa (y sigue siendolo aún en la época de los DVDs, actualmente asociada a SBP), pero detrás de ella venían legiones de sellos olvidados decididos a sacar al mercado hasta la última de las películas clase B de los rincones más exóticos del mundo. Esas ediciones independientes y de tirada limitada son las que los coleccionistas (¡como yo!) más codician y se vuelven cada día más dificiles de conseguir.

Uno puede preguntarse: ¿Para qué, existiendo el Blu-Ray de increible fidelidad y un catálogo tan amplio de DVDs en el mundo, alguien puede interesarse por estas viejas cintas? Respuesta: Por el hecho de que, un 95% de las películas de culto editadas en los ochentas, la única edición argentina que va a existir en la historia son esas viejas cajitas de cartón. Además de que muchos de esos títulos solo se editaron en VHS y nunca en DVD en ninguna parte del mundo.

El cine de género y de explotación de los 70s y 80s fue ampliamente cubierto en la fiebre editora de los ochentas. El blaxploitation, nunsploitation, nazisploitation (y todos los exploitation posibles), W.I.P. movies (de mujeres en prisión), películas gore, de tribus caníbales, documentales MONDO, giallos, policiales italianos y franceses, películas asiáticas de todos los géneros, bizarreadas argentinas, etc. Todos tuvieron sus lanzamientos locales y en los exhibidores de los videos de barrio se mezclaban películas como Rambo y Volver al Futuro con cosas como La Esvástica en el Vientre (La svastica en el Vientre – 1977 – Italia), Drácula contra Frankenstein (1972 – España) o Lady Terminator (Indonesia – 1988).

Para rendir un tributo a este tipo de material y no caiga en el olvido es que continuamente trato de actualizar la base de datos del blog RaroVHS, al mismo tiempo que investigo y compilo información para, en el futuro, confeccionar un trabajo más serio y formal sobre el auge y la “muerte” del VHS en Argentina. Y también por este motivo es que, junto con la gente de 1000 metros bajo tierra, surgió la idea de programar un ciclo en octubre en elclú que, de lograr algún tipo de convocatoria, puede llegar a extenderse en el tiempo.


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