Universal Pictures ha sido pionera en el cine de terror, especialmente reconocida por su «Edad de Oro de los Monstruos» durante las décadas de 1920 a 1950. Esta época se caracterizó por la creación de un universo cinematográfico de terror que incluyó a algunos de los monstruos más icónicos del cine, basados en figuras literarias que se convirtieron en figuras del folclore popular:
El Jorobado de Notre Dame (1923) marcó el inicio de esta era, interpretado por Lon Chaney, quien se ganó el sobrenombre de «El Hombre de las Mil Caras» por su maestría en el maquillaje y la interpretación de personajes deformes y monstruosos.
Drácula (1931) con Bela Lugosi, introdujo al conde vampiro al público masivo, basado en la novela de Bram Stoker.
Frankenstein (1931), dirigida por James Whale y protagonizada por Boris Karloff, ofreció una interpretación del monstruo que se ha mantenido en la memoria colectiva.
La Momia (1932) también con Karloff, exploró la maldición de un antiguo egipcio resucitado.
El Hombre Invisible (1933), aunque menos terrorífica, añadió un elemento de ciencia ficción al terror.
La Novia de Frankenstein (1935), una secuela que no solo amplió la historia de Frankenstein sino que también se aventuró en territorios más macabros y cómicos.
El Hombre Lobo (1941), con Lon Chaney Jr., completó el elenco de clásicos con una historia de maldición y transformación.
Estos filmes no solo eran terroríficos para su tiempo sino que también jugaban con temas de humanidad, soledad, y la dualidad del bien y el mal, reflejando miedos y ansiedades de la sociedad de la época. La Universal logró esto mediante innovaciones en maquillaje, efectos especiales, y dirección, creando una atmósfera que hacía que cada monstruo no solo fuera temible sino también trágico.
La era de estos monstruos clásicos de Universal se caracterizó por un cine negro y blanco donde la iluminación, la música, y la interpretación eran cruciales para generar miedo. Sin embargo, con el tiempo, la compañía se enfrentó a varios retos, incluyendo la censura y la competencia de otros géneros y estudios, lo que llevó a un declive en la producción de este tipo de películas.
A pesar de esto, el legado de Universal en el terror ha sido tan duradero que ha inspirado remakes, reinterpretaciones, y hasta intentos de crear un «Dark Universe» moderno, aunque este último no prosperó como se esperaba.
En la actualidad, el interés por estos clásicos no ha disminuido, reflejado en eventos como Halloween Horror Nights en Universal Studios, donde se recrean estas historias de terror, manteniendo viva la memoria de esos monstruos que una vez aterrorizaron y fascinar al público en la gran pantalla. Además, la influencia de Universal en el género del terror se ve en la continua adaptación de sus criaturas en videojuegos, series de televisión, y películas, demostrando que su impacto en la cultura popular es imborrable.

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